Todas las personas poseen metas, sueñan con infinidad de cosas. Muchas naciones del mundo anhelan la paz, el dinero, los recursos naturales y otras cosas que se encuentran en su lista de necesidades. No muy lejos de esto nos encontramos nosotros, la población que ha despertado para ver con sus propios ojos un sueño hecho realidad, en manos de un deporte que ha unido países, pasiones, y que ha venido para enseñarnos a ser más que un equipo, Venezuela representa el renacer de hombres y mujeres que ahora viven con esperanza los 90 minutos del deporte más hermoso, el Fútbol.
Con sus primeros pasos en el país por allá en 1976, en una era de explotación de nuestras tierras donde solo veíamos a unos ingleses tropezar un balón, y donde no había una mente que se imaginara la película de los 90 minutos que estaríamos viviendo hoy, en este tiempo, los últimos meses de supervivencia, de lucha de la Vinotinto, para poder asistir a la justa mas soñada por todos los venezolanos, el mundial de fútbol Brasil 2014. Es esto lo que nos mantiene una gran parte de sustancia gris ocupada, día tras día pensamos en lo que sucederá los próximos meses; cuando al fin sepamos si clasificamos al magno evento, en una tabla de posiciones tan competitiva; como lo es la eliminatoria Sudamericana de Fútbol.
Con el auge por el que pasan actualmente las ligas de fútbol más competitivas del planeta, la liga española y la tan prestigiosa Liga Premier de Inglaterra, los venezolanos viven de momento un lapsus de fanatismo al sentir con pasión la celebración de triunfos ajenos, a esto me enfoco directamente por lo que observamos en consignas, franelas, etiquetas, y más materiales que simbolizan el seguimiento de las personas a un equipo del extranjero, llámese real Madrid, Manchester United, FC Barcelona, entre muchos otros que mantienen esa fe del venezolano, y necesidad de saborear el triunfo, que algún día vendrá de manos de una Vinotinto que hasta ahora promete más que goles, promete una clasificación mundialista a puertas.
¿Qué tan malo puede ser: ver a muchos venezolanos seguir con alegría y entusiasmo equipos de fútbol del exterior? A esta interrogante la podemos atacar de manera frívola, pero nuestro enfoque en este tema va mucho más allá, ya que si le echamos un vistazo a dicha plantilla de equipos en el exterior; no avanzamos mucho antes de tropezarnos con un futbolista venezolano fichado en ligas del extranjero, lo que trae como consecuencia un roce internacional activo de una plantilla Vinotinto, que viene históricamente de tener una Organización de Copa América, sumada a una actuación aguerrida e implacable, donde enamoro a millones de almas que gritaron, lloraron y sintieron cada victoria y cada derrota, siendo la polémica semifinal que fue jugada contra el país hermano Paraguay; la que nos dejo fuera del campeonato. He allí donde nació esa necesidad incontrolable de seguir al jugador del balón pie venezolano; en su formación profesional en las diversas ligas europeas, inglesas y otras, las cuales trajeron consigo una mejoría indiscutible a el equipo de casa, dirigido por un técnico de estrategia y vocabulario extensivo, el Sr. cesar Farías.
Farías duramente criticado por la prensa local, analistas deportivos, y público general, ha llevado a la Vinotinto a una fase final de la eliminatoria en posiciones competitivas y cerca de la clasificación, sin embargo el estratega sigue experimentando con el equipo estrategias poco convencionales en partidos de suma importancia, cosa que no solo ha alarmado a las personas sino también a jugadores Vinotinto, siendo el capitán de la selección Juan Arango militante del Borussia Mönchengladbach el que trajera orientación y calma al banquillo y los camerinos venezolanos, cosa que pone a la selección en manos de los propios jugadores y que los compromete a sudar con más ganas la camiseta.
Para muchos una clasificación mundialista puede ser un sí o un no, para nosotros los venezolanos es toda una historia que se comienza a escribir, que lleva a toda una nación a la unión y creencia, porque tenemos fe de que este es nuestro momento, el de estar en la cima, el de gritar con empeño consignas Vinotinto, el de colocarnos la camisa sin tener vergüenza, nuestro país pasa por una evolución deportiva significativa y nada se comparara con ver nuestra bandera nacional alzarse y escuchar la entonación del himno nacional, gloria al bravo pueblo, si, nuestro pueblo que está a la espera de ver el final del túnel, cuando todo se ilumine y estemos pasando por debajo del techo blanco haciendo la entrada triunfal al pasto verde, a un estadio con millones de almas esperando el pitazo inicial, para dar ese comienzo a las primeras líneas escritas en la historia de nuestro fútbol; que viene acompañado de lagrimas y entusiasmo de venezolanos que fielmente siguieron a esta Vinotinto triunfal en un camino de aciertos y tropiezos. Un pensamiento deportivo hecho en casa…
“Todos los grandes logros requieren tiempo, tenacidad y sufrimiento, todo ello para un momento de felicidad, esa felicidad aunque es efímera es la más disfrutable, porque te marcará en la vida”.
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